Que bien, las horas que son y tengo a todos mis caballos desbocados, no sé si será el café que me he tomado a primera hora de la noche, el libro que me estoy leyendo que me transporta casi 25 años atrás, o mi mente que ha elegido esta noche para hacerme dar vueltas a la cabeza.
El caso es que no tengo ni pizca de sueño, tengo ganas de cerrar los ojos e imaginar cosas, pero también me da miedo imaginar ciertas cosas. Vamos, un lío. Mi gata no hace más que llamar mi atención, no sé si con idea de despertarme más o de que me vaya a la cama.
Pero mi cabeza a su aire... ella a lo suyo, hoy toca tormento.
Y como se suele decir, cuando no puedes con ellos, únete, así que, aquí estoy, dando a las teclas, intentando relajar mi mente, pensar en cosas dulces y esperar a que Morfeo me acoja en sus brazos.
Lo peligroso de estos momentos, es que piensas en lo que no quieres pensar, porque si estos momentos fuesen útiles para el trabajo, las matemáticas, el cotilleo, la cocina o incluso el sexo, pues genial... pero no, solo sirven para pensar, o bien en lo que tienes, o en lo que no tienes; en lo que te gusta de tu vida y lo que no, lo que has dejado, lo que piensas hacer a partir de las 3:05 de la mañana de hoy, lo que te gustaría.... y llegas a la misma solución.
Nada de nada.
Dentro de un rato, todo seguirá igual, nada se habrá movido de su sitio y la vida no habrá notado que mi mente no estaba, o estaba más de la cuenta.
Supongo que estos momentos son por algo. Nunca entro en el foro de mi localidad a estas horas y hoy, he entrado y he visto un vídeo, puesto por un creo que amigo, que ya me lo habían mandado vía e-mail, pero que hoy tenía especial significado. Este "creo amigo", aparece como una persona correcta y sabia, esa es la idea que tengo... es como un "pepito grillo" del foro dónde siempre hablamos los de mi pueblo y casi siempre de política y él se mantiene siempre al margen, pero siempre dice lo correcto.
Me gusta la palabra que he creado "creoamigo", a partir de ahora la utilizaré bastante.
En fin, Morfeo no se digna a aparecer. Noche en vela, qué bien.
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