Pelusa.
Aquí los tenéis, mis tres amores.
Pelusa es mi "otra niña", una preciosa gata siamesa y muy parecida a mi. Es esquiva, lista (que no tiene que ir unido a inteligente. Yo particularmente prefiero a los listos que a los inteligentes), sibarita, recelosa, celosa, y muy, muy, muy borde cuando quiere. Lo dicho, como yo. La encanta dormir en mis brazos y parece un monito cuando la cojo "aupa".
Los otros dos, son otro cantar... Merlín, es un precioso gatazo de 8 kg, tranquilo, desconfiado, prudente, pero la palabra que mejor le define es majestuoso. Cuando llega él, llega ÉL y se nota, hay que dejarle pasar. Te mira tan profundamente con sus ojos amarillos, que te saca de mentira, verdad. Si yo fuera una gata, le querría como pareja.
Y por último, Bombón; este gato es un "ganso", no da una, todo lo tira, todo lo rompe, es el típico adolescente alocado, sin miedo, ni educación, ni nada... él juega con su cola y come, duerme y come, va a por los pájaros y come... en definitiva, come. Vino del albergue delgado y debe andar por los 12 kg.
Éstos son mis gatos; yo no era de gatos, siempre de perros, pero vino Pelusa, vi cómo era (cierto, conmigo) y me enamoraron. Es como tener peluches vivos, y nada de impersonales, cuando llego con el coche, en seguida bajan al garaje a buscarme, o en cuanto les digo "a comer" o simplemente cuando les doy las buenas noches, en su camita de mimbre. Que son "pelín" egoístas, si, y yo, y ¿quien no?