Me encantan Las Navidades.
A mucha gente no le gustan, cada uno da su testimonio, que si faltan familiares, que si hay que juntarse con los que no ves, o lo que es peor, no quieres de una manera, digamos navideña, se gasta mucho, hay mucha gente, todo es falso, los villancicos... hay una larga lista de pretextos... pero a mi no me va ninguno. Me gustan estas fechas.
Y no tengo padre, hay que juntarse por obligación y separarse también por obligación, como me pasa con mi hija; mi madre este año, no hemos querido que saliese de la residencia para que ella no se encontrara peor, aunque los que no hemos estado bien del todo sin ella, somos nosotros... en fin, que motivos para que no me gusten, tengo, pero tengo muchos más, para que me gusten.
Las calles están preciosas, llenas de luces, las casas, también están adornadas, cada vez que salgo de un comercio o de un banco, o... de cualquier sitio, deseo Feliz Navidad, llamo a los amigos, juego poquito, poquito a la lotería y lo que me más me gusta, compro regalos; no me gasto mucho, un detalle para mis amigos y familia... a los que quiero, intento demostrárselo a lo largo del año.... que esa es la auténtica Navidad.
Sé que es difícil para muchos y más este año, pero aunque sea por los más pequeños, no porque lo pasen bien, que también, sino porque tenemos que transmitirles este espíritu, sencillamente porque son el futuro, y de ellos depende, que se siga celebrando La Navidad con ilusión.
En estas fechas, un niño nació y cambió el mundo... debemos fijarnos en eso, en algo tan importante, como que un hombre fuese capaz de dividir la historia en Antes de Cristo o Después de Cristo.
Contagiemos nuestro amor, aunque cueste, porque de otro modo no tendría valor, saquemos lo bueno que tenemos y dejemos que nos inunde, seamos al menos, prudentes por estas fechas, demos el beneficio de la duda y fijémonos en los ojos de un niño pequeño, cuando ve las luces de Navidad.
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