viernes, 8 de julio de 2011

EL QUIZ DE LA CUESTIÓN: COSA DE ESPERMATOZOIDES Y OVULOS



Me encanta conducir, como en el anuncio de BMW, pero en versión light, con un “Chevi”... y en esos “momentos coche” me encanta pensar... y ayer, después de una reunión política correcta pero “escondida”... fui a buscar a mi hija, había visto a su padre, cosa que me alegra enormemente pero fue cuando de manera frívola, pensé, ¿cuánto cuesta la felicidad?... no cuánto cuesta de esfuerzo, que obviamente tienes que poner de tu parte, sino cuánto cuesta a nivel económico y si a veces, dependiendo de la situación y la circunstancia, esa felicidad no se ha convertido en un artículo de lujo para algunos, poniendo en ese caso en tela de juicio, una vez más, la igualdad.

Sé de una pareja, (bueno por face, sé de varias, mis amigas del “Club”)...  porque la conozco de primeras, a los que les cuesta la felicidad, pero en cifras... según se levantan por la mañana, ya les cuesta... quiero decir, que ya, hay que sumar al día a día,  al desgaste, la rutina (que debe ser matadora), al aburrimiento, a la falta de espacio emocional y físico... , al trabajo, a los niños (por mucho que nos digan que los niños unen), a los problemas familiares, a todo eso, hay que añadir el coste en euros. Deformación profesional, soy contable.
En concreto, esta pareja viene de relaciones anteriores, ella casada y con un hijo y él lo mismo, y el pasar de todo y centrarse en ellos como pareja, consiste en,  permitir, tragar y encima sonreír a una situación que pocos (aunque vamos ganando adeptos) aguantarían... el exmarido de ella no pasa la pensión alimenticia desde hace meses, que sumando los meses ya anteriores, deben hacer un total de 2 años... y la exmujer de él, después de que solo él haya pagado la vivienda conyugal durante más de 10 años y ella por pagar 2 haya querido obtener legalmente ese porcentaje de más, vive en la casa ¿conyugal? con el novio precepto y encima se le  pasa religiosamente la pensión de alimentos... así que, a lo tonto se encuentran con un gasto de 600 euros, más el alquiler de vivienda que no se cobra... y es así... no hay más, obligaciones muchas, derechos pocos y según vayan creciendo los "niños" menos... esa es la felicidad, y aún así, esta pareja,  se ríen, se lo pasan bien, disfrutan a más no poder de la vida, se reconocen que el uno sin el otro no son nada, e intentar caminar juntos... y como esta pareja, muchas que hacen exactamente lo mismo, incluso en peores circunstancias, lo que les hace más fuertes...

Y para colmo, ayer en “Sálvame” (estoy con horario de verano, lo pongo y lo aguanto como 1 hora) oigo la historia  de Victor Sandoval, y las barbaridades que dice de su expareja, y a una periodista que razonablemente dice que si eso mismo ocurriese con un matrimonio hetero, no se permitiría y sería violencia verbal y psicológica, que se lleva mucho y da mucho de sí.

Esta es la cínica sociedad, esto es lo que se permite, y esta entrada, es un guiño a las muchas mujeres y hombres que luchan por sus segundas relaciones, sus segundos hijos, que no hijos de segunda (los que hayan podido tenerlos)  y en especial a mi club, “EL Club de las Segundas Esposas”... que también le hay de las primeras y ¡¡ojo!! que yo también he sido primera, pero sabiendo lo que sé, me identifico más con el de las segundas...

Sé que es duro leer esto, sé que algun@ pondrá mala cara o arrugará la nariz, pero no me gustaría que se juzgase a nadie, sin oír al menos la otra versión, la que es más silenciosa... obviamente cada caso, cada relación, cada uno mismo, es un mundo, y no hay un caso igual a otro, pero incluso en el mundo gay, cuando el amor se termina, siempre hay uno que hace de mantis y quiere devorar al otro, o peor, se transforma en garrapata y le quiere chupar la sangre, poniendo de excusa cualquier cosa..., en mi caso particular, sé de lo que hablo, soy madre y padre economicamente, obviamente porque puedo, y de momento,  me conformo con que al menos, moralmente el padre esté presente, y  por lo menos ahí no falla, por ahora. Con poco me conformo, lo sé,  pero para mi, porque para mi hija es importante,  de momento, solo de momento, es suficiente. Es la diferencia, a veces, el amor se demuestra de una manera rara, y yo, el amor por mi hija, además de otras maneras, se lo demuestro haciéndola pasar de puntillas por encima de una decisión que en su día fue mía, al elegir a su espermatozoide, y no elegirle bien. 

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. y final!!

Aquí se cierra este blog, no por nada, sino porque ya no soy la misma persona que escribía en él... tenemos que evolucionar y aprender con e...