No me puedo quejar, viendo cómo está y cómo va el panorama, me considero a día de hoy, privilegiada; eso sí, currándomelo mucho, por necesidad y por deseo, porque la verdad es que no paro en casa, no se me cae la casa encima no, pero viendo a todos los mayores que hay en la residencia de mi "mami", cómo están o incluso a ella misma, con lo que ha sido, que no ha parado tampoco nunca, mira, ya tendré tiempo de quedarme sentada y en casa... que por otro lado, sé que a mi marido, le gustaría. Pobre, eso que se pierde, aunque para decir verdad, obtiene otras cosas en las que sale ganando, o eso espero.
Otra vez, como siempre, le doy a la tecla y me lío... decía lo de privilegiada, porque he cogido desde hace tiempo, la sana costumbre de desayunar en "la churrería", que es dónde una debe de desayunar. A pesar de mi voluntad, floja, eso si, según voy bajando por el "Arco de Ugena" en Illescas, voy notando como mis pies, con tacón y todo, van adquiriendo velocidad y es que casi al final del trayecto, está "mi" churrería, que por cierto, han cambiado de dueño, pero los churros y las porras, siguen siendo de 10. Además la sensación de llegar y no tener que hablar, según me ven ya me ponen una porra y un café templadito (para que me dé tiempo de irme a currar), y todo ello con un "buenos días" y poco más... con lo que me gusta a mi el pequeño silencio a la hora de tomar café.
Este pequeño lujo le tenía en Madrid, cuando me iba con uno de mis jefes muy de vez en cuando, a tomar café a la "churreria" y parecerá mentira, pero esa mañana se convertía en una mañana distinta...
Normalmente, desayunaba en frente en la cafetería pan con tomate y café solo, por eso de la línea, pero qué queréis, una porra o un churro, es lo que es.
Hoy mi pequeño homenaje, a las porras, a los churros, a los desayunos y a las churrerías... me alegra tener este pequeño desliz...
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