viernes, 18 de marzo de 2011

LA ADOLESCENCIA, ESE MARAVILLOSO MUNDO


Esta semana ha sido algo agitada; en cuanto tengo que hacer de "perro" o "policía" o las dos cosas, me entra una apatía que no es normal, y sobre todo, es totalmente inherente al papel de madre.

El papel de mamá o madre, es difícil, muy difícil, pero creo que se va complicando según los "pitufos" van creciendo. Supongo que muchos recordaréis la serie juvenil que había antes "Los problemas crecen"... pues a mi se me viene a la cabeza, día si, día también. Al mar de hormonas que rugen en nuestro organismo de por sí, se unen las hormonas de nuestros hijos adolescentes, en este caso, una chica, que a mi entender, complica un pelín más las cosas, al ser más parecidas. 
Supongo que todos sabemos la paciencia que hay que invertir, y que con esta edad, las normas están para ser sobrepasadas, y tienes que hacer todo tipo de malabarismos con las palabras, los gestos y toda tu expresión, para no dar el grito que te apetece dar, porque entiendes, que con gritos, no se llega mas que a complicar la situación. 
Es totalmente normal, que ellos, los adolescentes, quieran ir a la contra de todo, es la edad de "todos contra mi",  menos claro, los amigos o amigas del alma, a los cuales no pueden dejar abandonados ni por un momento. Es el momento, de encerrarse en la habitación, en la cual hoy tienen de todo, (bueno, yo también tenía de todo a su edad, para ser sincera), pero encerrarse literalmente y salir exclusivamente de la madriguera, para comer o para "pedir" algo. Eso sí, luego te dicen y se quedan tan frescos, "no me haces caso", "no estás", "no lo entiendes", "que más te da"... y es cuando tu pones en marcha tus dotes matemáticas y cuentas mínimo hasta un millón, porque sabes que si estás, de manera presencial o telefónica, que yo soy una experta de las dos, y estando,  no te hacen ni puñetero caso, porque su mundo, se reduce a su "chambre". 

Aún así, es maravilloso, porque después de la tormenta, en el caso de los adolescentes, no viene la calma... viene un terremoto de risas y cachondeo fuera de lo normal, se pasa del lloro más absoluto, a la carcajada más extensa, y es entonces, cuando te das cuenta, de que tu ya has pasado por eso,  reconoces en ellos lo que te pasaba a ti entonces, y das por buena toda manera de contar números, ovejas, estrellas... etc. 

Es difícil, pero llena mucho. Realmente creo que esta edad, los padres la entienden mejor, porque se involucran menos, y con esto, no quiero decir que les importe menos, pero pasan de manera más superficial, nosotras como queremos saber, dónde, cuándo, a qué hora, el color, la bebida, la comida... pues justo, hacemos el interrogatorio, esperando respuestas que queremos, pero que dificilmente llegaremos a escuchar.

Yo me lo paso genial, quizá porque tengo una buena chica ante mi y además un pelín de suerte, pero realmente me encanta ser madre de adolescente, en cuanto los ves a todos reunidos, juntos, cortadísimos porque estas tú delante, con miradas, y bromas tontas, yo es que me parto de risa, todo eso sin hablar, si ya sueltas alguna tontería, tienes las risas de todos, y la desaprobación del vástago propio que te mete a empujones en el coche. 

Realmente están aprendiendo a vivir, y para ayudarles hay que tener mucha paciencia, mucha compresión, mucha charla con ellos, mucho cuidado, mucha precaución sin que se note y mucho oído para que hablen, aunque no nos guste lo que nos digan, mejor oír, que imaginar. 

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. y final!!

Aquí se cierra este blog, no por nada, sino porque ya no soy la misma persona que escribía en él... tenemos que evolucionar y aprender con e...