Sí, por fin ha llegado, lo que mucho estaba tardando... y es que la relación laboral entre mi marido y el ayuntamiento de dónde vivimos, ha finiquitado. Gracias a Dios !!!
Con estas palabras no quiere decir que me alegre, para nada... porque sé lo mucho que le gustaba (y digo "-aba", porque nada tenía que ver su trabajo antes, con ahora, después del destrozo), pero reconozco que siento un gran alivio, porque una vez más, me demuestro a mi misma, sobre todo a mi misma que es la que se lo debe de creer, que tengo razón, y que lo que hago tiene sentido. Su despido viene dado por mi condición de concejal dentro de un pueblo ... veremos si con el tiempo no vuelve con su plaza de funcionario... estaría gracioso ¿no?
En fin, para muestra un botón... y éste es el botón que demuestra, que a todos nos va de una u otra manera, dependiendo de quien maneje el cotarro... y en mi pueblo... quien lo maneja, lo maneja mal no... FATAL.
Pero sí, de esta manera no solo descansamos, sino que nos haremos más fuertes... porque muchas veces, por querer conservar un trabajo, se lidia con gente incompetente, desleal, embustera y no apta... y sinceramente tal y cómo están los sueldos, además aguantar todo ese suplicio... es como la tarjeta de "Mastercard"... hay cosas que no tienen precio...
Así que, ahora con más razón que nunca, porque vivimos en nuestra casa el demonio del "paro", alzo la voz... y al que le moleste... "ajo y agua"... y si no le gusta... que no mire.
En mi casa, ya desde pequeña siempre me llamaron "abogado de pleitos pobres"... y así sigo... no porque sea cabezona, que lo soy, no porque sea Tauro, que lo soy, solo porque veo y me convenzo de que llevo razón... y cuánto más arremeten contra mi... sé que es señal de que no lo estoy haciendo mal... cuando uno pierde las formas, lo pierde todo...
Todo hay que darlo por bueno, de todo se aprende. Ahora toca reciclarse, adaptarse a los nuevos horarios y sacar partido de esta situación que seguro que traerá mucho de bueno... de momento... mi casa está atendida a todas horas...
Viene el otoño, y con él ... los nuevos proyectos... mi hija y su auto-escuela (hay que ver cómo crecen...), sus estudios y su disposición para trabajar... (en esto sí ha salido a mi, menos mal...tiene ganas de ser economicamente independiente... y decidir en qué y cómo gasta lo suyo)... y veremos si sigue estudiando... que querer quiere... y yo, encantada. Y en cuanto a su salud, como siempre muy pendiente... gracias a Dios no hay novedades... todo sigue igual... que decir eso, es decir que todo va fenomenal.
La verdad que cuando me paro a pensar... ¡¡ bueno qué coño, y sin pararme !!... he de reconocer que tengo suerte... aunque también me esfuerzo porque la suerte venga... pero sí, tengo suerte... me quejo (como todo el mundo), pero no paro quieta y ni podría... y ahora incluso hago ejercicio... PATINO... si se le puede llamar patinar... y sobre todo... en la "clase" de patinaje... hago risoterapía... algo que es más importante que cualquier otra cosa y cualquier medicina... quema toxinas y ayuda a digerir "intelectos"
Realmente, soy feliz, con ese lunar mío que va conmigo siempre... pero soy feliz. Serenamente (lo que dure) feliz.
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